Ramón Bogas Crespo

  • UNA ESPINITA CLAVADA, por Ramón Bogas Crespo

    Todos tenemos una espinita clavada, una cuenta pendiente con algún hecho del pasado. Puede ser algo que sucedió hace mucho tiempo o recientemente, pero si cerramos los ojos o cuando menos lo esperamos vuelve a surgir aquel dolor, aquel desencuentro u ofensa. Hemos querido pasar página, hemos rehecho nuestra vida (¡no quedaba otra!) pero ahí sigue la espinita clavada en el alma. Es, vamos a decirlo claro, nuestra CUOTA DE RENCOR. El fuego del rencor solo se apaga con el PERDÓN. Ese acto de valentía y altura espiritual por el que dejamos atrás ese resentimiento que carcome (y del que somos cautivos de alguna manera) para dar paso a la aceptación de lo sucedido y así poder seguir avanzando en la vida. Es un proceso difícil que requiere tiempo y paciencia y que no se resuelve en un acto voluntarista…

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  • SI ALGUIEN TE OFENDE…, por Ramón Bogas Crespo

    Había una señora a la que le tenían mucha envidia. Casi todos los días, cuando salía a la puerta de su casa para barrer, encontraba la basura que las vecinas le dejaban en señal de desprecio. La señora no protestaba nunca. Hasta que un buen día, decidió colocar un arreglo floral delante de la puerta de cada una de ellas. En cada uno de los ramos, las vecinas encontraron un letrero que decía: “Cada uno da de lo que tiene”. Esta pequeña historia me sirve para preguntarte (y preguntarme) cómo reaccionamos cuando alguien nos ofende o nos hace algún mal. Todos hemos tenido esa experiencia humana de sentirnos ofendidos o humillados. Y en cómo reaccionamos se juega mucho más de lo que creemos. Por eso hoy os propongo dar algunos consejos (por si sirven). El primero y más fundamental es…

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  • OPORTO, por Ramón Bogas Crespo

    No eres nadie si no has ido a Oporto. Todo el mundo a mi alrededor ha ido, está o va a ir este verano a Oporto. Cuando un destino turístico se pone de moda… que se eche a temblar el universo.  Y es que nuestra sociedad está en permanente búsqueda de SENSACIONES. La conversación típica en un círculo de amigos es algo así: “¿No has ido al restaurante “chun chún” que tiene dos soles Repsol con comida fusión peruana/asiática? Ah, y Nena, no puedes dejar de ir a esta casa Rural de la sierra de Málaga maravillosa…”. Buscamos experiencias límite, viajes exóticos, terapias alternativas, técnicas de relajación… y todo eso porque, muy dentro de nosotros, ESTAMOS FATAL. “Estoy agotado, como si hubiera corrido una Maratón”: este lamento lo pronuncia un gran número de personas cada día. Pero suele ser un…

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  • OTRA RONDA, por Ramón Bogas Crespo

    Una pandilla de jóvenes entra en un restaurante. Recién sentados sacan sus móviles y abren una APP que les va a calcular cuánto pagará cada comensal según haya comido. Nada de dividir entre todos, a escote. A los que peinamos canas nos resulta un poco frio y calculador, pero, sin duda, están anticipándose a un problema que luego surgirá: esa sensación de que uno ha pagado de más (el vino caro que no bebió, el chuletón que se zampó fulanico…). Y es que siempre creemos que damos (o pagamos de más). Eso ocurre también en las relaciones interpersonales. Que levante la mano quien no cree que está dando más de lo que recibe. Tiene gracia preguntar a dos miembros de una pareja quién es más generoso en el amor. El misterio estriba en que, en la mayoría de los casos,…

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  • LOS OTROS, por Ramón Bogas Crespo

    Siempre hemos luchado por ser distintos y originales. Aunque nos cueste reconocerlo, todos hemos sido de adolescentes un poco “hippies”, unos jóvenes revolucionarios que hemos reivindicado ser distintos a nuestros padres, a nuestro pueblo, al grupo al que pertenecemos. Y es cierto, somos diferentes y tenemos derecho a serlo. Somos únicos y esa diversidad le da color al mundo. Pero, y aquí viene la trampa del ego, es más fácil reclamar la diferencia para nosotros que permitir que los otros lo sean. Podríamos poner mil ejemplos de grupos defensores de admirables causas en todo el espectro del arco político y cultural, que niegan que otras personas puedan sentir y vivir de otra manera distinta a como ellos lo hacen. Al que es “carca” le parece una abominación lo que hacen los progres y a estos “casposo y anticuado” lo que…

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  • ASTENIA PRIMAVERAL, por Ramón Bogas Crespo

    Ha sido portada en estos días unas declaraciones del cantante Alejandro Sanz mostrándose más vulnerable que nunca: “Estoy triste y cansado. A veces, no quiero ni estar”. Y es sólo el reflejo de una sociedad sin aliento. Siempre estamos cansados. Si escuchas a los “expertos” de Ana Rosa, te van a decir que es astenia primaveral (u otoñal). Con esa razón pseudo psicológica ya nos hemos quitado de un plumazo dos estaciones. En invierno los días son muy cortos, hace frio y mejor quedarse en el brasero. En verano con la “caloh”, al sofá y al aire acondicionado. Me gustaría a mí saber qué días del año son los propicios para derramar vida, entusiasmo, motivación y tener ganas de “descubrir América”. Es cierto que no se puede estar siempre a mil, con las pilas cargadas y motivado para todo. Pero,…

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  • RELACIONES A DISTANCIA, por Ramón Bogas Crespo

    A veces la distancia no se mide en kilómetros. Puedo sentirme lejos de esa persona que tengo cerca de mí y percibir muy próximo a aquella que está lejos. Cuántas veces hemos estado comiendo con nuestra pareja enfadados por cualquier motivo y nos hemos sentido a años luz el uno del otro. Y, paradójicamente, hemos notado, en un momento de crisis o dificultad, el aliento del amigo del alma que vive a mil kilómetros. Es cierto que la distancia es enemiga de la relación. Va creando puentes cada vez más difíciles de cruzar y sobre todo va quitando las ganas de querer atravesarlos. Pero también es verdad que la cercanía tiene más que ver con CONEXIÓN y COMPLICIDAD que con estar pegados. Las relaciones a distancia (pareja, familia, amigos…) seguirán vivas si tenemos confianza en el otro y sabemos alimentar…

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  • ¡QUÉ MALAS SON LAS DESPEDIDAS! Por Ramón Bogas Crespo

    ¡Qué malas son las despedidas! Solemos decir. Y es verdad. Yo las odio. Soy de los que suelen despedirse “a la francesa” en bodas, fiestas, eventos… Me da pereza escuchar: “¿Ya te vas? Quédate un ratito más”, “Pero si ahora viene lo mejor”… y para más INRI, como no soy muy de dar besos y abrazos, me queda la “tortura” de tener que repartir a todos los presentes esos afectos que tanto me cuesta expresar. Despedirse es parte de la vida. Nadie puede zafarse de ello. Tendremos que decir adiós a nuestros padres y seres queridos. Despedirnos de los hijos que levantan el vuelo, de nuestra intensa vida laboral, del destino donde fuimos felices, de aquella etapa que dejamos atrás. Y si no que nos lo digan a los curas que, por obediencia, tenemos que hacer un “máster” en despedidas.…

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  • ENTERITO A SU PADRE, por Ramón Bogas Crespo

    Flipo con esa capacidad de las mujeres para encontrar parecidos a los bebés. Poseen unos super poderes para ver que la parte de los ojos es de los abuelos paternos y la barbilla de la bisabuela materna. Los varones solo somos capaces de ver a bebés calvos, llorones e iguales. Es obvia la herencia genética que todos arrastramos, pero a los 10 días de nacer, me confieso muy torpe en descubrirla. Pasan los años y cada vez nos parecemos más a los nuestros. Ya lo dice el refrán castellano: “Honra merece quien a los suyos se parece”. Cuando vamos forjando la personalidad ya sí que puedo observar que no sólo heredamos los rasgos físicos sino incluso los gestos, la forma de andar o de engordar. Hasta el carácter. Cuántas veces veo a hijos calcados a sus padres en la timidez…

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  • EL PORTAZO, por Ramón Bogas Crespo

    Cuando discutimos perdemos los estribos. Cuántas veces hemos tenido que presenciar (con una mezcla de vergüenza ajena y un “que me trague la tierra”) a una pareja discutir o a un hijo pelear con una madre. También nosotros hemos sido protagonistas de muchas discusiones airadas. Se sube el tono y se lanzan palabras hirientes traspasando, más de una vez, esas líneas rojas que nunca debieran sobrepasarse. Pero, si hay un gesto que detesto, que casi roza la violencia es el de salir dando un portazo. Retumban las paredes y se hace un atronador silencio. El que permanece dentro de la habitación se queda boquiabierto y el que se marcha sale con una sensación de aparente victoria. Al final, los dos salieron perdiendo. El portazo es el mejor símbolo del fracaso de la comunicación. El castellano nos ofrece una inmensa variedad…

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