CORRER ES DE COBARDES
Os lo voy a confesar: el otro día me dio un arrebato de prisa y quité el nórdico de la cama. Era como conjurar esa primavera que se está retrasando (poco se habla del mal tiempo que está haciendo para la altura del año a la que estamos). Y, claro, a las 2 de la mañana tuve que levantarme cual zombi para buscar una manta en los altillos. Pensé, inocentemente, que podía forzar el buen tiempo, precipitar el inicio de la primavera. Y el buen tiempo llega cuando tiene que llegar.
Mi amigo Paco López siempre dice que “correr es de cobardes”, y yo añado que tener paciencia y serenidad es un logro espiritual al alcance de pocos. María la Magdalena y las otras mujeres, como era viernes el día que murió su Señor, tuvieron que esperar casi tres días para cumplir con el ritual que a las mujeres les correspondía. Como era Sabbat, tuvieron que quedarse en casa. La ley les impedía ir al sepulcro.
Aquellas mujeres (como hoy nosotros esperando prórroga tras prórroga) tuvieron que aprender a dar sentido al tiempo que acontece de forma lenta. Esperar y respetar los tiempos. También los de mi vida. Las cosas no llegan cuando queremos. No podemos forzar el ritmo del crecimiento de mis hijos, ni cambiar, en un segundo, al “terco” de mi marido… por más que quites el nórdico de la cama, no llegará la primavera.
Si me permiten la licencia poética, este año la Resurrección también se va a tomar su tiempo. Recuerdo, en años pasados, un sol radiante, una parroquia llena cantando con palmas: “Hoy el Señor, Resucitó y de la muerte nos libró…” y una comida con los amigos en un sitio especial. Resucitaba “de golpe”, y este año nos tocará vivirlo a cámara lenta.
Hoy te pido, Señor, el corazón pausado y atento de las amigas de Jesús. Que me hagas descubrir tu vida resucitada en el plato de pasta que comeré solo en casa en este tan extraño Domingo de Resurrección. En la llamada diaria a mi madre a ver cómo anda. En el nuevo brote que le salió a la maceta de la terraza. En la gente que se va curando. En la entrega y servicio de los nuevos héroes que nos cuidan y protegen en este estado de alarma. En la cantidad de buena gente que te llama, se preocupa por ti y rezan por toda España cada día.
¡Por supuesto que resucitará Jesús! Pero este año en el ritmo tranquilo de Dios…
Ramón Bogas Crespo
Párroco de San Luis y Director de la oficina de comunicación del obispado de Almería