DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO
¿QUIÉN ES JESÚS EL CRISTO?
Nos encontramos, este domingo, a Jesús haciendo dos preguntas muy significativas: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Y “Vosotros, ¿Quién decís que soy yo?”
Transcurridos poco más veinte siglos, cualquier persona que se acerca con interés y honestidad a la figura de Jesús, se encuentra enfrentado a esta pregunta: “¿Quién es Jesús?”. La respuesta solo puede ser personal. Soy yo quien tengo que responder. Se me pregunta qué digo yo, no qué dicen los otros o qué leo en los libros.
No sé si alguna vez hemos pensado por qué en los evangelios no se describe físicamente a Jesús, siendo el personaje principal de todos ellos. Tampoco se describen directamente sus costumbres, vestimentas o su personalidad. Se sabe poco de su niñez y nada de su juventud. Se conoce poco de las circunstancias que vivió en su pueblo y con su familia. Solo disponemos de retazos aislados que nos hablan del Hijo de Dios humanado
Podríamos preguntarnos la razón por la que el mismo Cristo no colocó su humanidad, como elemento central. O por qué no escribió un libro con toda su doctrina, a fin de que pudiera llegar a nosotros sin intermediarios. ¿Por qué?
Tal vez por eso, con los retazos de Jesús, que nos muestran los evangelios, ha sido posible confeccionar miles de retratos humanos de Jesús, muchos de ellos poco acertados y hasta algunos malintencionados., recreando imágenes de Cristo, según los intereses ideológicos. Pero me temo que este no es el camino.
La fuente para llegar a la certeza de quién es Jesucristo la da Pedro en el pasaje evangélico de hoy. Lo que digan unos u otros de quien es Jesús es lo de menos. La revelación del Padre es que Él está por encima de la naturaleza humana que empleó para manifestarse.
Por lo tanto, no se trata de que nosotros busquemos una respuesta personal a la pregunta de quién es Cristo. Se trata de pedir y aceptar la revelación de Dios, que tan claramente ofrece San Pedro. De otra manera no podremos tener nunca un Cristo único, que nos una a todos los cristianos. Solo tendremos sombras humanas, subjetivas y personales que, a lo sumo, justifican nuestras particulares ideas.
Manuel Antonio Menchón
Vicario Episcopal