El acto conmemora el traslado del Santísimo a la Iglesia Parroquial desde su antiguo emplazamiento
El municipio de Huércal-Overa se volcaba el pasado viernes, 8 de febrero, con la celebración de su tradicional Noche de las Lumbres, una cita en la que se rememora la historia del municipio, conmemorando el traslado del Santísimo a la Iglesia Parroquial de Huércal-Overa desde su antiguo emplazamiento en la carretera Nacional hasta el actual en pleno centro de la localidad en el año 1739. Este año se celebraba el 280 aniversario del traslado del Templo Parroquial.
La noche comenzó con la procesión a la que acompañaron más de 2.000 vecinos, entre ellos el alcalde del municipio, Domingo Fernández junto a otros representantes de la Corporación Municipal. Los vecinos portaban velas y al paso de la procesión se fueron encendiendo lumbres por las calles, rememorando así lo que hicieron sus antepasados para iluminar al Santísimo en el recorrido del traslado.
Uno de los momentos más emotivos es la parada en el altar instalado en la casa en donde se encontraba el antiguo Templo. Allí tuvo lugar una oración por parte del párroco, D. Víctor Manuel Fernández, acompañado de un nutrido grupo de vecinos, entre los que se encontraban muchos niños. Al paso de la procesión se fueron encendiendo candelas y cinco lumbres situadas una a la altura de la Plaza de Abastos, una segunda en la Plaza Obispo Ginés G. Beltrán, y las tres tradicionales de las Glorietas
Tras la procesión y finalización de la Eucaristía fueron muchos los vecinos que aprovecharon para poner la nota solidaria a la jornada ya que Manos Unidas instaló una barra en la que poder tomar unas tapas con el objetivo de recaudar fondos para la causa.