Escritos del ObispoNoticias

HOMILÍA DE D. ANTONIO EN LAS EXEQUIAS DE D. ENRIQUE SÁNCHEZ

Lecturas: Rm 8,31-39; Salmo 23; Mt 25,31-44

Querida familia de D. Enrique, comunidad de San Isidro, sacerdotes y diáconos, amigos y feligreses por los que D. Enrique, como un buen pastor pasó por vuestras vidas.

D. Enrique, al que ahora despedimos con cariño y le ponemos en manos de Dios, cumplió 85 años este pasado 4 de octubre, hace 12 días.

Nació en Serón 1938, y fue bautizado el 10 de abril de 1939, una vez que hubo concluido la persecución religiosa. Sus padres, Federico y Encarnación lo educaron en la fe cristiana. En 1945 recibió el sacramento de la Confirmación, aunque aún no había escuchado la voz del Señor que lo llamaba al sacerdocio. Una vez establecido en Almería, en su trabajo como administrativo y en su parroquia de San Agustín, donde creció en la fe con los PP. Franciscanos en las conocidas Juventudes Antonianas, fue descubriendo poco a poco lo que Dios le pedía, y así comenzó en 1964 sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Almería. Fue ordenado Diácono el 28 de febrero de 1970 en el Colegio Mayor “Montaigne” de Granada, por el entonces ya Obispo de Málaga D. Ángel Suquía, y casi un año más tarde fue ordenado sacerdote el 8 de enero de 1971 por D. Manuel Casares, Obispo de Almería en su parroquia de San Agustín. La sencillez y humildad de San Francisco de Asís configuraron su ser desde su juventud y así ha vivido el sacerdocio desde la cercanía y la acogida de los fieles y la amistad y fraternidad con el clero en el presbiterio diocesano.

Las lecturas que hemos elegido para sus exequias definen sus 52 años de ministerio sacerdotal en nuestra diócesis. ¡Nada nos separará del amor de Cristo! Porque el Señor es mi Pastor, que cuida a los más pobres, a los pequeños, a los que están necesitados a mi lado. No es fácil mantenerse en esta espiritualidad franciscana, tan evangélica, tan humana y divina al mismo tiempo. En estos tiempos tan complejos volver la mirada a san Francisco nos ayudará a todos a vivir en simplicidad y humildad nuestra vida y nuestro ministerio.

Sus tres primeros años de sacerdote fue destinado a Mojácar y Turre. En 1974 fue nombrado Coadjutor de Huércal-Overa y Encargado de Santa María de Nieva y El Puertecico. Posteriormente El Saltador, viviendo intensamente su ministerio con el equipo sacerdotal que atendía aquellas parroquias y realizando una gran labor con los jóvenes y las vocaciones sacerdotales que entonces surgieron. Por ello D. Manuel Casares lo nombró en 1983 Rector del Seminario Mayor de Almería que tenía su sede en Granada. Tres años antes había comenzado a conocer aquella comunidad como Director espiritual. De 1983 a 1989 fue miembro del Consejo presbiteral y del Colegio de consultores de la diócesis, y también delegado diocesano de pastoral vocacional. Durante seis años en el Seminario acompañó en la formación a muchos sacerdotes de nuestro presbiterio diocesano.

Os trasmito unas palabras de nuestro querido D. Ginés, ahora obispo en Getafe, que me escribió al enterarse del fallecimiento de D. Enrique:

“… cuánto me hubiera gustado estar en las exequias de D. Enrique, y acompañaros en este momento de despedida. Le conocí siendo yo un niño y acompañó mi vocación hasta el seminario, fue mi director espiritual y luego mi rector. Para mí y para una generación de sacerdotes, ha sido un hombre de Dios. Hablé con él un minuto este viernes. Mi corazón está con vosotros esta tarde en san Isidro, unido a esa acción de gracias con su familia y con el presbiterio de Almería. Dios le premiará su vida de entrega y humildad.  Su ejemplo nos sirve y alienta para seguir sirviendo al Señor. + Ginés.”

En 1989 con la llegada de D. Rosendo Álvarez como Obispo de Almería fue destinado como párroco a El Parador de la Asunción, donde vivió ocho años intensamente su ministerio sacerdotal, siendo recordado por su simpatía y su amabilidad, unidas a una interioridad y coherencia de vida espiritual. En 1998 fue nombrado párroco de San Isidro Labrador de este barrio de Regiones de Almería, donde hoy le despedimos con todo el cariño y reconocimiento a su tarea. Entonces fue elegido arcipreste del arciprestazgo nº 2 de Almería. En este barrio caminó encarnado con su comunidad parroquial viva y acogedora.

Desde 1998 hasta 2003 fue también Consiliario diocesano del Movimiento de Cursillos de Cristiandad. En 2003 fue nombrado canónigo de nuestra Catedral, ejerciendo como fabriquero de la misma desde 2004, hasta su jubilación en 2013. Confesor del Seminario desde 2009 hasta 2016, cuando se jubiló y siguió colaborando en esta parroquia de San Isidro de Almería.

Tanta vida de entrega solícita, tantas horas (sin tiempo) dedicadas a los demás, tanto servicio desinteresado, marca la vida del buen pastor. Mirémonos y revisemos nuestra entrega, revisemos la sencillez de vida a la que somos llamados, revisemos cómo trasmitimos a Cristo, con nuestras palabras y obras. Cómo hacemos vida nuestros compromisos bautismales y sacerdotales.

Ahora junto al pan y el vino de las ofrendas, presentamos al Señor la vida de D. Enrique. Aquí en estas espigas de resurrección trituradas por los días de entrega, aquí en este cáliz, de uvas pisadas y fermentadas, en el silencio, te entregamos agradecidos Señor, la vida de tu hijo y hermano D. Enrique, para que participe en el banquete de la comunión que nos has prometido.

Una breve enfermedad ha cerrado su caminar por este mundo. Ayer domingo, día del Señor, ha sido invitado para siempre al banquete de bodas del Cordero: que, con su traje de fiesta, como buen pastor en la tierra, viva feliz eternamente en tu presencia. Amén.

Parroquia de San Isidro de Almería,

Almería 16 de octubre de 2023

 

 

 

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba