Alocución a la Curia Diocesana con motivo de la Felicitación de Navidad
Ilustrísimos señores Vicario general y Vicarios episcopales,
Delegados episcopales,
Ecónomo diocesano
Directores de Secretariados y Oficinas,
Personal administrativo y técnico:
Gracias por las palabras que acaba de pronunciar en nombre de todos los miembros de la Curia el señor Vicario general, que quiero agradecer. Al llegar estos entrañables días navideños, es tradicional esta felicitación de la Curia episcopal al Obispo diocesano, a la que yo también correspondo con la mía.
Aprovecho al mismo tiempo la ocasión que esta felicitación me brinda para exhortar a todos a una colaboración estrecha con el Obispo bajo la dirección del Moderador de la Curia, a quien corresponde, a tenor del Estatuto que la rige: coordinar, bajo la orientación del Obispo, la actividad de las distintas secciones o sectores de Curia; y cuidar que todo el personal de la Curia cumpla debidamente con su cometido (cf. Estatuto de Curia, art.8 §1).
Todos, en efecto, en la Curia deben cumplir con su cometido y respetar los tiempos y horarios destinados a la atención del público en general y de los sacerdotes en particular. Sé que se realiza un gran esfuerzo por parte de todos, para que así sea y la Curia pueda prestar el mejor servicio a nuestra Iglesia diocesana, extendiendo el ministerio del Obispo; y todo con voluntad de concretar la administración pastoral en la atención a cada persona o grupo eclesial que requiere los servicios de nuestra Curia episcopal.
Aunque las cosas siempre se demoran un poco, el nuevo año estrenará el Reglamento del Tribunal Eclesiástico, cuyos miembros llevan algún tiempo esperando la aprobación definitiva del mismo por el Obispo. Por otra parte, tenemos la intención de llevar a cabo una publicación con los protocolos que requieren los servicios de Curia, con el propósito de que sea útil para todas las secciones, sobre todo teniendo en cuenta algunos capítulos nuevos en relativos a la administración pastoral como la creación del archivo de los catecúmenos, la recepción de bautizados acatólicos en la plena comunión católica, la normativa sobre la dispensación de los sacramentos a cristianos orientales y otros.
He de agradecer el trabajo de la Administración económica y del equipo jurídico, que han proseguido con competencia la ordenación de bienes raíces y fincas urbanas, labor que nos permitirá pronto dar por concluido el listado del registro de propiedades de la diócesis, y contar así con la documentación pertinente de acreditación de propiedad registrada, sobre todo por lo que se refiere a la iglesias, casas rectorales y fincas rústicas y urbanas de las parroquias. De su buena catalogación y de la puesta en valor de algunos de estos bienes parroquiales depende en la parte proporcional que le corresponde una importante contribución a la autofinanciación de la Iglesia.
En otro orden de cosas, considero importante observar que las delegaciones episcopales y secretariados deben afrontar con diligencia y antelación las campañas de las jornadas de la Iglesia promovidas y aprobadas por la Conferencia Episcopal Española. Todos los organismos diocesanos deben contar con la aprobación del Obispo para proceder a estas campañas, siguiendo además nuestras orientaciones, ya las que el Obispo proponga tener en cuenta o las que el propio Moderador de Curia proponga, una vez los Vicarios episcopales de sector y los secretariados y oficinas hayan comunicado la programación de campaña.
Con miras a la financiación de las actividades de la Curia, cada uno de los organismos diocesanos debe presentar a tiempo cada año el presupuesto factible, y el gasto ha de ajustarse a dicha partida anual, presentando al Moderador de Curia los gastos extraordinarios. En este sentido, cada organismo debe considerar si es oportuna su asistencia a todos y cada uno de los actos que en su propio campo de acción pastoral se desarrollan en la provincia eclesiástica, la región o a escala nacional. La consulta y la argumentación motivada para cada caso, en diálogo con el Moderador de la Curia, ayudará a tomar en cada caso la decisión oportuna, una vez haya tenido lugar el despacho con el Obispo diocesano del Vicario general y Moderador de Curia.
Asimismo, es preciso tener en cuenta lo que la ley de protección de datos establece con relación a los listados de personas. Nadie fuera de la Cancillería tiene autorización para expedir listas a las diversas agencias publicitarias ni tampoco para proceder a envíos ajenos a la propia Curia diocesana. Corresponde al Moderador la aprobación de los envíos de carácter regular y el control del correo postal de los organismos de la Curia. Se trata de proceder con orden y sin otros gastos que los que realmente corresponden a la actividad de los distintos organismos.
El almacenamiento de materiales de las jornada y otros materiales de carácter publicitario u ocasional debe controlarse teniendo en cuenta su propia finalidad y número, de forma que no sea superflua su adquisición, lo que puede suceder si no se procede a tiempo y con diligencia a su correcta distribución, a fin de que se cumpla el objetivo pastoral que justifica la adquisición de los materiales.
El Directorio para el ministerio pastoral de los obispos «Apostolorum Successores» establece que “el Obispo examina y decide sobre las propuestas de los órganos [de la Curia] con la ayuda de los Consejos presbiteral y pastoral” (AS, n.181), y nuestro Estatuto de Curia así lo recoge (Estatuto, art. 1 §4), por esto quisiera recabar de todos los organismos a partir de enero del nuevo año la reflexión y propuestas que hayan de hacerme en orden a la elaboración del nuevo Plan pastoral, ya que la vigencia del actual terminará con el transcurso del año pastoral de 2010/2011. Sería, pues, muy deseable, y tal es mi propósito al respecto, que el nuevo plan pudiera estar listo al comienzo del próximo curso pastoral, en el otoño de 2011.
En consecuencia, los organismos de la Curia deben realizar aquellas propuestas que consideren oportunas antes del mes de mayo próximo. Convendrá tener muy presentes las dos últimas exhortaciones apostólicas postsinodales de nuestro Santo Padre Benedicto XVI, que resultan complementarias. Es verdad que hemos prestado atención a la exhortación «Sacramentum caritatis», de 22 febrero de 2007, pero conviene volver sobre ella teniendo en cuenta la lectura actual de la misma teniendo presente reflexión que requiere la aplicación de la nueva exhortación «Verbum Domini», que el Papa firmaba el pasado 30 de septiembre de este año de 2010.
Ante la próxima Jornada Mundial de la Juventud pido a todos los organismos de acción pastoral que hagan cuanto esté en sus manos para que esta ocasión de gracia, para la evangelización de la juventud y su instrucción en la fe cristiana, sea un éxito como testimonio público del evangelio y de la vida de la Iglesia. La Vicaría para la Acción pastoral y el Apostolado seglar y el Secretariado para la Pastoral de infancia y juventud vienen trabajando estrechamente en este importante acontecimiento de la vida de la Iglesia, pero a él han de prestar también la mayor atención los organismos responsables de la liturgia y la catequesis, la pastoral vocacional y de la cultura, así como del turismo y tiempo libre, por referirme a los que se ven más concernidos en la organización de las actividades que este acontecimiento requiere, sobre todo durante el tiempo que la Cruz y el icono de la Virgen estén en la diócesis, y por lo que se refiere a la buena organización de la estancia entre nosotros de los jóvenes venidos de otros países durante los llamados días de las diócesis.
Al responder a la felicitación del señor Vicario general en nombre de todos ustedes, quiero agradecer el trabajo que desempeñan y animarles a su perfeccionamiento, porque en realizarlo de la mejor forma posible según nuestras posibilidades consiste el mejor servicio que podemos ofrecer en los organismos que extienden el ministerio del Obispo y colaboran con él. La labor de la Curia contribuirá así a afianzar la comunión en la Iglesia diocesana y a que su imagen pública sea reflejo de la verdadera vida de la Iglesia como una comunión de fe donde el servicio hace criterio, porque somos discípulos de Aquel que vino servir, haciéndose frágil y pequeño por nosotros, el Niño Dios y Emmanuel, Salvador de las naciones y esperanza de los pueblos, Jesucristo Nuestro Señor.
Queridos colaboradores de la Curia del Obispo, os deseo unas santas y felices fiestas de Navidad; que sean ocasión de gozo y bendición para todos ustedes y para sus familiares, a los que hago extensiva mi bendición.
¡Feliz Navidad!
Almería, a 22 de diciembre de 2010.
+ Adolfo González Montes
Obispo de Almería